Este año 2022, conmemoramos el 30º aniversario del reconocimiento por la ONU, en 1992, del Día mundial para la erradicación de la pobreza. Este reconocimiento surgió a raíz de la primera vez que se reunieron miles de ciudadanos, en la plaza de las libertades y los Derechos Humanos en el Trocadero de París el 17 de octubre de 1987. Aquella multitud rindió homenaje a las víctimas del hambre, de la ignorancia y de la violencia. Rechazaron la fatalidad de la miseria y proclamaron con Joseph Wresinski:
Allí donde hay personas condenadas a vivir en la miseria,
los Derechos Humanos son violados.
Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado.
La Dignidad puesta en práctica será también nuestro tema del Día mundial para la erradicación de la extrema pobreza en 2023. Tendremos la posibilidad de tratar en profundidad diferentes aspectos de un año para otro, lo que nos ayudará a poner en práctica las ideas interesantes de la jornada a lo largo de todo el año.
El reconocimiento de la dignidad intrínseca de todos los miembros de la familia humana y de sus derechos iguales e inalienables constituye el fundamento de la libertad, de la justicia y de la paz en el mundo como declara el primer artículo de la Declaración Universal de los Derecho Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” como nos recuerda Manal desde Argelia.
Hoy día debemos tener en cuenta todo lo que puede contribuir a la justicia social, económica y medioambiental, pero también el hecho de que la miseria es violencia. Podemos salir de esta violencia respetando la igual dignidad de cada persona por medio de nuestros compromisos por la justicia, la paz y el planeta.
La señora Fournier, militante por un mundo sin miseria en Canadá, a partir de su propia experiencia de pobreza, afirma “Cuando tratamos de lograr que las personas que se encuentran en lo más bajo de la escala social suban un escalón más, se beneficia la sociedad entera. Estoy convencida”.
La promesa de derechos humanos y dignidad para todos es posible cuando nos comprometemos todos y todos los días. Es lo que nos recuerda Bertine, de Burkina Faso, “Debemos luchar juntos por la dignidad, porque mi dignidad no es nada si no se reconoce la de mi vecino”.
«Reconocer la dignidad de las personas que nos rodean es algo que todos podemos imaginar y realizar de la mejor manera posible». Países Bajos
“La dignidad no es solo un concepto, sino una manera de vivir y de relacionarnos entre nosotros”. Guatemala
“Debemos apoyar todas las iniciativas que puedan proteger el medio ambiente. Eso forma parte de la construcción de la dignidad humana”. Líbano
Conseguir que se respete la dignidad de todas las personas cuestiona el compromiso individual, colectivo e institucional para octubre de 2022 promover, proteger y garantizar una vida digna para todos sin distinción de género, edad, país, convicciones religiosas o políticas. (…) Puesto que todos somos guardianes de la naturaleza, a todos nos concierne garantizar una vida decente para todas las personas”. Camerún
“La Covid 19, no es la única tragedia que enfrentamos como humanidad, pues las consecuencias climáticas, sociales y económicas seguirán generando desastres con diferentes nombres y efectos”. Colombia
“Aunque tengas una casa para dormir, es como dormir en la calle si te pasas la noche pensando en la mañana siguiente buscando soluciones a tus problemas. Nuestra dignidad es la compasión. La compasión de los unos por los otros será un ejemplo para nuestros hijos y eso les impulsará a amar y proteger el medio ambiente. Luchar por la dignidad significa poder vivir en un lugar sano”. Burkina Faso
“La dignidad de las personas no es algo que se gana en función de la clase social, el color de la piel o cualquier otra ventaja. Cada ser humano la tiene por el hecho de nacer. Toda persona tiene derecho a ser respetada simplemente porque es un ser humano”. Bangladés