Carta a Nuestros Amigos en el Mundo (n° 111)

En esta época del año, la Carta a Nuestros Amigos en el Mundo (n° 111) que aquí se presenta se hace tradicionalmente eco de las diversas celebraciones que efectivamente tuvieron lugar en el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Si bien las noticias del mundo no son felices, con el ruido y el sufrimiento provenientes de las guerras y desastres naturales, también encontraréis en esta Carta testimonios de resiliencia.

En tiempos de creciente incertidumbre como el que parece que estamos viviendo ahora, nos parece importante pensar en el futuro, algo que, al mismo tiempo que nos enfrenta a los desafíos, también nos permite mantener la esperanza. Así pues, tendréis aquí en esta Carta algunos ecos del seguimiento de los trabajos de las distintas sesiones del Comité Internacional 17 de Octubre durante su encuentro bienal en Dakar.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dedicó su informe anual sobre el índice de pobreza multidimensional, publicado el 17 de Octubre, al tema «La pobreza durante los conflictos». Reveló que, en los países analizados en este informe, el 40% de las personas en situación de pobreza, según la definición multidimensional del PNUD, viven en zonas de guerra o de conflicto, donde la paz es o bien ausente, o temporal y frágil.

Varios de los corresponsales que se comunicaron con el Foro por un mundo sin miseria este año dieron testimonio de eso. Entre otros, Ferdinand Mamoudou, de Mokolo, en el norte de Camerún, nos dio un testimonio lleno de fuerza y coraje, en su apoyo a los huérfanos y a los niños desplazados internos que huyen de las zonas de conflicto. En primer lugar, en la tragedia de la situación, también entre vecinos:

«Cada día, [su] número aumenta […]. Los ataques de los grupos armados no estatales llevan más de 10 años en nuestro departamento. En la calle ya no se sabe quién es quién».

Luego insistió en que eso no le hará dar se por vencido:

«Pero existe este objetivo [de acción] que está cerca de mi corazón. Seguiré luchando para contactar con tantas estructuras e individuos [como] sea posible».

Encontráis otros testimonios en esta Carta.

Tenemos allí, a lo largo de esta Carta, demostraciones de una capacidad ejemplar para enfrentar el miedo y la adversidad, a veces lleno de optimismo y siempre con ganas de perseverar. Aquí hay confianza en los demás y en el futuro, incluso si eso significa adaptarse a los cambios y nuevas situaciones. Aquí hay una profunda empatía, pero también una prueba de fuerza, a largo plazo. Aquí hay compromisos profundos por la justicia social y el acceso a los derechos humanos fundamentales. Los corresponsales resisten a la miseria junto a quienes la viven y están en la construcción de un mundo sin miseria, a pesar de todas las dificultades encontradas.

Martín Kalisa,
Delegación general