Me llamo Susanne Privitera, vivo en Suiza y soy miembro del Foro por un mundo sin miseria. La razón por la que formo parte de esta red viene de un sentimiento “instintivo” que me acompaña desde mi infancia. En Suiza existen muchas injusticias sociales. En el ámbito de la inmigración que comenzó en los años 60, la reglamentación del trabajo es injusta ya que priva a los “trabajadores temporeros” del derecho a un permiso de residencia y por consiguiente del derecho a vivir con sus familias en Suiza. Max Frisch, el famoso escritor suizo decía en 1967: “Pedimos mano de obra y llegaron seres humanos”.1

Hoy en día se estima que hay más de 20.000 personas viviendo ilegalmente en nuestro país – inmigrantes con sus hijos “sin papeles” obligados a vivir escondidos de las autoridades – una flagrante violación de los Derechos Humanos.

Y un día descubrí esa denominación de “Cuarto Mundo” forjada por Joseph Wresinski, fundador de ATD. Me sentí inmediatamente conectada con esa idea, porque rompe con el círculo vicioso establecido por los europeos desde la época colonial para controlar las relaciones entre los países del Norte (colonizadores) y los del Sur (colonizados), situación con la que no me identifico y que rechazo.

Este nuevo mundo, el cuarto, reúne a todas las personas en situación de pobreza y a otras, de todos los horizontes, y que son solidarias con ellas. Yo quiero unirme a este “Cuarto Mundo”.

En este movimiento global, decimos no a la miseria. Este rechazo es una forma vital de valor y de sabiduría política para luchar contra todo tipo de prejuicio. La lucha por el respeto de este “Cuarto Mundo” hará posible que toda persona pueda vivir dignamente. Porque, más allá de lo que podamos imaginar, no hay nada más importante que la dignidad humana. Cuando se niega la dignidad, la existencia se vuelve insoportable.

Yo hago la traducción de la Carta a nuestros Amigos en el Mundo del francés al alemán. Mi prioridad en mi trabajo es utilizar siempre un lenguaje no discriminatorio. Es un imperativo porque cada idioma tiene una complejidad particular. Una traducción cuidadosa debe tener en cuenta la realidad del “otro”, la equidad y la justicia. La investigación sobre las Dimensiones ocultas de la pobreza1 es, en este sentido, de una importancia fundamental porque las primeras personas interesadas se expresan con sus propias palabras. Lo que nos queda por hacer, es escucharlas con profunda atención.

Susanne Privitera

Suiza

1 «Man hat Arbeitskräfte gerufen, und es kamen Menschen.»