Nací en Argentina y a los 25 años me trasladé a Brasil atraído por la sabiduría y la espiritualidad de la gente y de los pueblos más masacrados. Mi vida cambió cuando Brasil y Portugal quisieron celebrar 500 años del “descubrimiento de América”. 3000 indígenas se manifestaron para protestar y desde el gobierno lanzaron bombas. Al oír los gritos, llantos, la desesperación, al ver esa violencia, fue cuando decidí dejar de trabajar en publicidad y hacer otra cosa con mi vida.

Conocía un grupo de indígenas que vivían en la capital y vendían artesanía buscando fortalecer su cultura y su identidad. Les propuse hacer fotografías, y compartirlas con niños que no conocen nada sobre los pueblos indígenas. Los niños hacen preguntas increíbles, ¿así te vistes todos los días?, ¿comes arroz y frijoles? ¿En tu pueblo existen las motocicletas? La violencia existe porque existe ignorancia. Por eso es importante sensibilizar a los niños, explicarles que existen los pueblos indígenas, con su sabiduría, con 200 idiomas vivos diferentes…

Conocí al pueblo Pankararu haciendo un libro. Íbamos a la aldea con cuadernos, cámaras y grabadoras. Y preguntábamos: “si quisieran hablarle al mundo, ¿qué es lo que le dirían? Algo que sirva para disminuir la ignorancia y promover la paz”.

Así nació Thydêwá, que significa “Esperanza de la Tierra”. Somos 5 socios fundadores, 4 de pueblos indígenas y yo que no soy indígena.

Cada comunidad hizo su libro. Son libros colectivos. Más tarde hicimos otros por temas. Cuando llegó el boom de internet nos dijimos, pongamos en red las aldeas para que puedan intercambiar saber y experiencias, y hablar con otros. Surgieron así varias redes y varios proyectos, siempre valorizando la diversidad en diálogo.

Hoy día, estamos también con indígenas de otros países del continente. A través de los Fogones 1 digitales, como cuando en las comunidades nos sentamos alrededor de la hoguera, charlamos juntos de nuestras vidas. Cada comunidad tiene historias, tradiciones y culturas, diferentes. En los encuentros siempre proponemos la pregunta : ¿cuál es tu riqueza que quieres compartir al mundo?

Generalmente los pueblos indígenas están excluidos de las políticas públicas. Generalmente también, están poco “contaminados” del paradigma globalizado que sostiene la pobreza: la avaricia, el lucro, el individualismo, el capitalismo. Ellos tienen la riqueza del saber compartir, distribuir, cuidarse los unos a los otros. Ver y sentirse unidos a la madre Tierra. Y esa riqueza la podemos traer desde los pueblos indígenas, contagiar al mundo, y terminar con la pobreza.

Sebastián Gerlic

Brasil

1Fogones «hogueras»