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El 17 de octubre de 2021, en el Líbano se vivió una jornada de revueltas y disturbios por la crisis económica, social y política, pero los jóvenes del barrio de Nabaa, en Beirut, no quisieron resignarse a un Día Mundial para la Erradicación de la Extrema Pobreza sin celebración. Unos días después, lograron reunir a los habitantes del barrio de Nabaa para decir con el potente símbolo de las velas, «Nuestra luz está viva».

Frente a los cortes de electricidad diarios y los enormes desafíos en el ámbito de la educación, la sanidad y la alimentación, esta frase es un grito de esperanza, un estallido de dignidad.

Los jóvenes de Beitouna, habitantes de Nabaa, se reúnen a menudo para compartir sus pensamientos, salir del barrio, ayudarse mutuamente, inspirarse compartiendo sus preocupaciones cotidianas, sus sueños y sus opciones más profundas. Se comprometen con las familias que tienen más dificultades, animan actividades con los más pequeños, siempre dispuestos a ayudar para facilitar las reuniones o echar una mano a la cooperativa que permite a los habitantes del barrio resistir.

El 17 de octubre, ¡se han criado con eso! Y les toca ahora a ellos participar plenamente, prepararlo e incluso animarlo. Tienen ganas. Más aún en esta situación de crisis permanente en el Líbano, en este periodo de cortes y restricciones diarias de electricidad, con una inflación desmesurada que hace la vida cada vez más difícil. En su barrio, muchas personas, incluidas sus propias familias, también tienen problemas con la regularización de sus papeles. Lo que significa que hay niños y niñas privados de ir a la escuela, que las familias tienen continuamente problemas para acceder a los servicios de salud, lo que pone en peligro sus vidas, …

Unos días después del 17 de octubre, tuvieron esta maravillosa idea, para decir alto y claro, y de la manera más hermosa, que su luz está viva.

En memoria de Samira